
La ganadería ovina en sistemas extensivos ha cobrado una gran importancia en los últimos meses, aunque muchas personas todavía suelen asociarla con cerdos o vacas. Muchas razas de cabras y ovejas sufrirían grandes perjuicios sin este tipo de ganadería. Estos animales se adaptan a montañas, marismas y pastizales, y también pueden alimentarse de restos agrícolas como rastrojos de arroz. Viven en fincas que priorizan el desarrollo en armonía con el entorno natural.
¿Qué es la ganadería extensiva? Consiste en aplicar un conjunto de sistemas de producción en los que los animales viven en armonía con su entorno. Otro aspecto positivo es la promoción de razas autóctonas: está diseñada para preservar la riqueza natural, apoyar la economía rural y optimizar los recursos. Se cuida el entorno desde el origen para producir una de las carnes más nutritivas y saludables.
Bienestar animal y sostenibilidad en manadas extensivas
Dos pilares fundamentales de esta ganadería son el cuidado animal y la sostenibilidad. Esto implica que las manadas de ovejas y cabras estén repartidas por extensas zonas rurales, con baja densidad por metro cuadrado, algo muy común en las explotaciones andaluzas. Es una forma de producción que activa el ecosistema en el que se desarrolla, preserva el entorno y aprovecha todos los recursos disponibles. Además, los animales limpian los bosques al pastar y ayudan a prevenir incendios, consumiendo forraje y residuos agrícolas. Estas condiciones hacen que las granjas sean una apuesta segura para el futuro de la producción de carne de alta calidad.
Granjas de carne de oveja y cabra
En España hay más de 117 000 explotaciones de ovino, de las cuales el 15 % están en Andalucía. Alrededor de 90 000 se dedican a producir carne de oveja, lo que sitúa a esta comunidad a la vanguardia de la producción nacional junto con Galicia y Extremadura. En cuanto al caprino, existen algo más de 75 000 granjas, de las cuales unas 54 000 producen carne; Andalucía representa también el 15 %, seguida por Extremadura con un 11 %.
Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP)
El 4 % de la carne de ovino en España está certificada con IGP. Estas etiquetas ayudan a mejorar el sistema productivo y promueven la venta de animales según su raza. En total existen seis IGP.
La única carne de cabrito con IGP en España es la de Extremadura, certificada en 2021, y se están dando pasos para consolidar su posición. En Andalucía se espera que aparezcan nuevas IGP, gracias a su riqueza natural y razas autóctonas.
Carne ecológica de cordero y ganadería ovina
La mayoría de las IGP están orientadas a desarrollar carne ecológica, que exige una alimentación saludable de los animales en su entorno natural. La ganadería extensiva está directamente ligada a la producción ecológica, ya que el bienestar animal, especialmente en lo relativo a la alimentación, es fundamental. También es esencial evitar productos químicos y medicinas en el tratamiento de enfermedades. Todo lo que consume el animal influye en si su carne puede recibir o no la etiqueta ecológica.
El número de animales por hectárea también determina si una granja puede ser catalogada como ecológica: no debe haber más de 13,3 cabras u ovejas por hectárea. Este límite garantiza una gestión adecuada del entorno y previene el hacinamiento. No obstante, esto no impide que algunas razas duerman en instalaciones cubiertas; su desarrollo ocurre principalmente en bosques, pastos y marismas, y los ganaderos deben controlar cuidadosamente el pastoreo para obtener una de las mejores carnes de Andalucía.
Crianza extensiva para un futuro sostenible
La mayoría de las explotaciones extensivas de cabras y ovejas en Andalucía son pequeñas. Algunas cooperan entre sí para optimizar beneficios y mejorar continuamente el sector.
Las manadas son ideales para una ganadería sostenible: ayudan a prevenir incendios, limpian pastizales secos y eliminan residuos agrícolas. Aunque en algunos casos necesitan refugio durante las noches frías, desempeñan un papel fundamental en el desarrollo sostenible. Considerando una densidad media de carga ganadera de 1,5 unidades por hectárea, se adaptan mejor a la ganadería extensiva. Además, cabras y ovejas se aclimatan fácilmente a cualquier terreno, por escarpado que sea. Este estilo de vida tiene un futuro prometedor, impulsando la incorporación de tecnología y el aumento de certificaciones IGP, especialmente en Andalucía.